La madre Julia hizo sus estudios en la misma ciudad de Oaxaca, ganándose el cariño de sus maestros y compañeros. A los 17 años sintió el llamado de Dios y resuelta a consagrarse a ÉL fue a la ciudad de México en busca de orientación. Allí conoció al Padre Alberto Cuscó Mir, quien acababa de fundar una congregación Religiosa y viendo en la madre Julia Navarrete las cualidades y temple necesarios para esta obra, la invitó a quedarse en ella.
La madre Julia Navarrete se consagró a Dios por medio de sus votos religiosos el 3 de mayo de 1901. Muy pronto, el padre Alberto Cuscó Mir, al ser llamado por sus superiores, dejó en manos de la joven religiosa la naciente Congregación seguro de que la sensatez y cualidades de Julia, ayudadas por el Señor continuarían y extenderían su Obra.
El 12 de julio de 1904, la Congregación recibió la aprobación del Señor Obispo de la Diócesis de Aguascalientes y el 8 de noviembre de 1962 el Papa Juan XXIII le concedió la Aprobación Pontifica.
La Venerable Madre Julia Navarrete decide abrir su propia congregación, la cual nació bajo el título de Instituto de la Pureza de la Virgen María Inmaculada.
La madre Fundadora vivió 93 años fecundos y muy ricos en logros espirituales, humanos y culturales. Pudo aunar en su gran personalidad una síntesis admirable de firmeza y ternura. Vivió muy unida a Dios; practicó una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús, al Espíritu Santo, a la Virgen Santísima comunicando esto mismo a las personas con quienes trataba.
Estableció 47 casas entre colegios y misiones en la República Mexicana y 4 en Estados Unidos de Norteamérica y encauzó el ideal del Instituto a la formación integral de la niñez y juventud, a las que amó mucho.
La madre Julia falleció el día 21 de noviembre de 1974, en la ciudad de Toluca, Estado de México. Fue sepultada en la capilla anexa al noviciado de la Congregación Misioneras hijas de la purísima Virgen María, en Aguascalientes. El 30 de junio de 1985 se abre el proceso de canonización mediante el cual es declarado por la iglesia Sierva de Dios.
